viernes, 21 de noviembre de 2008

LA MEMORIA HISTÓRICA

He leído con detenimiento el Auto de Garzón en la causa contra Francisco Franco y otros, por el cual remite la competencia de la investigación de los hechos a diversos juzgados y tribunales por toda España. Siguen sin convencerme sus argumentos desde el punto de vista jurídico. Y creo, aunque en otros países se admitan otras soluciones, que en España hace falta que existan personas vivas responsables de los delitos para poder seguir una causa, entre otras objeciones. Pero no niego que me ha impresionado lo que he leído en el Auto. No se las fuentes del conocimiento del Juez para dictar el Auto, al margen de las citas a pie de página de su resolución; pero lo el Juez afirma que ocurrió ha de ser investigado. Es particularmente repugnante lo ocurrido con los niños de los encarcelados o ajusticiados en la postguerra española, que recuerda mucho a las historias que nos parecían increíbles en otros lados. Francamente, creo que debería constituirse una Comisión de historiadores y juristas para averiguar y sacar a la luz esos episodios a los que se hace referencia. Y me sorprende que haya quien se oponga a que se averiguen hechos espantosos, que forman parte de nuestro pasado reciente y que deberían ser muy bien conocidos por todos. Así conoceríamos mucho mejor el lugar donde vivimos y de qué hemos sido capaces de hacernos los unos a los otros.

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