domingo, 25 de noviembre de 2012

NADA PERSONAL: SOLO POLÍTICA

En un contexto de buena opinión personal sobre el Fiscal Jefe del TSJ de Barcelona, tengo sobre él varias certezas: que es muy inteligente; que es el líder de la AF en Catalunya y expresidente nacional de la asociación;  que sabe perfectamente como funciona la Fiscalía y los hábitos de actuación que tenemos; que tiene buenos amigos entre el nacionalismo catalán (recuerdo una Memoria que levantó cierta polémica cuando era FJ de Lleida);  y que tiene una buena relación personal con el FGE, que me consta que es recíproca.

Si eso es así, cabe preguntarse a qué viene la actuación de la Fiscalía del TSJ de Catalunya del jueves pasado.   El periódico El Mundo venía publicando un misterioso (y ciertamente muy sospechoso, aunque el periódico tenía todo el derecho a hacerlo público) borrador de informe policial que denunciaba gravísimas situaciones de corrupción política en Barcelona.    Esa cuestión, que podía ser entendida como un intento de alterar el proceso electoral en Catalunya -y así lo fue por los nacionalistas-, podía ser respondida en términos políticos y jurídicos por los propios políticos afectados, por la prensa afín a estos que en Catalunya existe, y también por la Junta Electoral.  Pero cuatro días antes de las elecciones, la Fiscalía del TSJ de Catalunya incoa Diligencias por delito de calumnia, en términos ciertamente contundentes.   Todos sabemos (y en Barcelona también) que la Justicia en época electoral tiende a evitar ser utilizada a través de actuaciones espectaculares contra o a favor de nadie.
Por otra parte, la notificación obligada por el artículo 25 del Estatuto al FGE se hizo sin esperar confirmación o acuse de recibo; ni una llamadita por teléfono, nada.  El FGE se enteró cuando la prensa publicaba la noticia.  La Fiscalía catalana había socorrido a un partido político, CiU, con publicidad a cuatro días de las elecciones.

Ese modo de proceder -aunque alguien pueda salir ganando puntualmente- es un error tremendo que devasta   la imagen de la Fiscalía, y que a fuerza de irse repitiendo en diversas situaciones ha llevado a la institución a lo que hoy se dice de nosotros.  Los fiscales no debemos actuar movidos por la política, por nuestras simpatías o antipatías políticas, sino sometidos a las reglas de la institución y en todo caso en defensa de la legalidad y con imparcialidad.  

Me dicen que el protagonista lo siente mucho por Eduardo, por quien siente sincero afecto.  Yo creo que si, porque se que tiene buenas cualidades personales: creo que lo siente mucho; creo que le tiene sincero afecto; y creo también que si se repitieran las mismas circunstancias lo haría otra vez.  No es nada personal, solo política.









miércoles, 21 de noviembre de 2012

LA SITUACIÓN DE SIRIA

Amnistía Internacional acaba de concluir una campaña para conseguir que la situación de Siria sea remitida al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a fin de que ese organismo refiera el caso al Tribunal Penal Internacional.   En Siria, desde hace ya casi dos años, se están cometiendo crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.  La población civil, como siempre que ocurren este tipo de situaciones, padece directamente las consecuencias del mismo.    Un dictador sanguinario está en guerra contra su pueblo.  Ya no tiene salida y es cuestión de tiempo que caiga.  Pero la comunidad internacional (al igual que ocurrió en su día con la guerra de Yugoslavia) puede hacer mucho más.  Además. el conflicto complica la situación explosiva de Oriente Medio.    Espero que la presión internacional ejercida sobre Rusia, principal obstáculo para la intervención internacional, consiga que llegue el principio del fin de esa pesadilla.

martes, 20 de noviembre de 2012

ARTÍCULO DE ÁLVARO REDONDO

Álvaro Redondo, amigo mio y fiscal destinado en el Tribunal Supremo ha escrito un artículo en la prensa que me pide que enlace en este blog, lo que procedo naturalmente a realizar, aunque el tema que trata se disocie de la temática que yo abordo generalmente aquí.   Alvaro es Doctor en Derecho, con muchos artículos jurídicos y no jurídicos publicados y preparador de oposiciones; en las Juntas de Fiscalía (que celebramos cada martes) destaca siempre -además por la vehemencia en la defensa de sus opiniones- por conocer hasta la última tendencia jurisprudencia en cualquier materia que se aborde.  Además, colabora con frecuencia en Wikipenal  haciendo mejor la página.  

lunes, 19 de noviembre de 2012

SUPRESIÓN DE SUBVENCIONES

No sin ternura leo la queja de la AF en su último comunicado sobre la supresión de subvenciones para todos.  Reproduzco a continuación la queja de la asociación mayoritaria, en la que se habla de que ese hecho "afecta gravemente al ejercicio fundamental de la libertad asociativa recogido en el artículo 22 de nuestra Constitución...".  Creo que la AF tiene razón y ojalá prospere su reclamación, y creo que las asociaciones de fiscales no deben estar penalizadas en relación a las de jueces.  Pero recuerdo que en su día la AF y la UPF rechazaron que en el reparto de las subvenciones para las asociaciones de fiscales, pudiera entrar también la última asociación creada, la APIF.   Ojalá, cuando el Gobierno del PP les restituya la subvención se acuerden también en la AF de que ese derecho fundamental tan gravemente afectado no solo lo tienen los que se afilian a las dos asociaciones mayoritarias.

SUPRESIÓN DE LA SUBVENCIÓN ANUAL DEL MINISTERIO DE JUSTICIA A LAS ASOCIACIONES FISCALES. En el BOE de 28 de septiembre de 2012 se publicó la Resolución de 10 de septiembre de la Secretaría de Estado de Justicia “por la que se declara la terminación del procedimiento iniciado por Resolución de 26 de abril de 2012, por la que se convocan subvenciones para asociaciones profesionales de fiscales, de conformidad con el Acuerdo del Consejo de Ministros, aprobado el día 13 de julio de 2012, por el que se declara la no disponibilidad de créditos en los Presupuestos Generales del Estado para el año 2012”. Tal Resolución supone, en consecuencia, que este año 2012 las asociaciones fiscales no recibirán la subvención que había sido solicitada conforme con la Resolución de 26 de abril. Somos conscientes en la Asociación de Fiscales del mal momento que atraviesa nuestro país, azotado por una crisis económica sin precedentes, y de la necesidad de la adopción de importantes medidas de ajuste. No creemos, sin embargo, que ello suponga la supresión total y absoluta de la subvención, puesto que tal decisión afecta gravemente al ejercicio del derecho fundamental de la libertad asociativa recogido en el artículo 22 de nuestra Constitución, máxime si se tiene en cuenta la importancia de la citada subvención para la Asociación de Fiscales, cuyos fondos proceden única y exclusivamente de las cuotas de los asociados. Esta situación se ve especialmente agravada frente a las asociaciones judiciales, que podrán continuar desarrollando la misma actividad derivada del citado derecho fundamental con la subvención que perciben del Consejo General del Poder Judicial, con cargo a los Presupuestos Generales del Estado. Ante esta tesitura se ha dirigido una carta de protesta al Ministro de Justicia, en la que se le invita a que reconsidere la postura o, cuando menos, a que sustituya la supresión de la subvención por una rebaja proporcionada, en la misma línea de lo realizado para los sindicatos.

martes, 13 de noviembre de 2012

BIOGRAFÍA DE 50 FISCALES GENERALES, POR MANUEL DOLZ

Entre las cosas buenas que tiene mi Fiscalía están los compañeros que tengo.  Voy para siete años aquí y jamás he tenido un roce, un conflicto, una discusión por trabajo, despacho o vacaciones.   Las características de esta Fiscalía propician un buen ambiente, que en general todos procuramos alimentar.  Estoy rodeado, además, de algunos de ellos que se esfuerzan y trabajan en beneficio de la Fiscalía como institución.  Uno de ellos es Manolo Dolz, que va a leer esto que digo porque sigue este blog con habitualidad.   Acaba de escribir un libro más -de los varios que ha firmado- que trata de las biografías de diferentes fiscales generales, desde 1883 hasta la la actualidad.   Quien lo lea encontrará a un Salvador Viada (y Vilaseca), que fue Fiscal del Tribunal Supremo, el equivalente al cargo de FGE actual en el siglo pasado, además de un penalista muy notable.  Crecí creyendo que era mi tatarabuelo, pero para la elaboración del libro le llevé a Manolo un enorme árbol genealógico de mi familia elaborado por un hermano de mi padre, y resulta que no, que en realidad mi ascendiente no lo era directo: era el hermano de mi tatarabuelo (se me cayó el mito).   Bueno, el caso es que el libro se encuentra en Amazón, en formato electrónico, a un precio bajo.  Los beneficios no los va a embolsar el autor, sino que van a ir íntegramente a una fundación para la protección de menores en Valencia con la que colabora Manolo.

lunes, 12 de noviembre de 2012

PERO ¿QUIEN ES EL MEJOR?

Mi amiga Pilar plantea la cuestión de quien es el mejor en los concursos.  Yo creo que no puede saberse, desde parámetros mínimamente objetivos, quien es el mejor en cualquier concurso de méritos en la Fiscalía.   No puede saberse porque el sistema está organizado para que no pueda saberse.   Esto así, les permite a algunos la arbitrariedad sin réplica: luego si un día por alguna razón te benefician, se vuelven hacia ti y te interpelan y te dicen que porqué no protestas entonces como si eso lavara lo anterior en lugar de aumentar el despropósito .   No se conocen aquí los currículums de los aspirantes, ni sus méritos específicos para el puesto en cuestión, ni sus programas de actuación cuando se piden, no hay baremos, ni se puede tener acceso a las actas del Consejo Fiscal para verificar la rectitud en el veredicto.   Nada de nada.   Claro, con este sistema es muy fácil acertar, porque no hay manera de comprobar el error.    Este sistema lleva así un montón de años porque quienes deberían cambiarlo no quieren al ser sus beneficiarios directos.   He participado en un concurso en el que no puedo decir que yo fuera "el mejor"; sencillamente, no lo se porque se muy poco de los méritos específicos y del programa de los demás candidatos.   Pero si se que quienes votan no lo hacen guiados por el propósito de acertar en la elección de quien pueda cubrir mejor el puesto por su experiencia, por su proyecto, por su motivación o por sus ganas.  Los que deciden lo hacen básicamente por la afinidad asociativa, y ello es mucho más acentuado cuando se trata de puestos claves en la funcionalidad de la Fiscalía.   Las Fiscalías grandes de España tienen jefes de la AF o de la UPF, sin excepciones que recuerde (Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Alicante, La Coruña, Málaga...).   ¿Es que no hay nadie entre el casi 70 por ciento de la Carrera no asociado a esas asociaciones con méritos para esos puestos?.    A mi -y estoy seguro que a una gran cantidad de compañeros- no me irrita perder (en la vida se pierde muchas más veces de las que se gana), aunque no me guste; lo que me irrita son las trampas.   He jugado cientos de torneos de tenis en mi vida, y he ganado unos poquitos.  Casi siempre he palmado.    Estoy forjado en la derrota (recuerdo que mi equipo de fútbol es el Espanyol) y la acepto deportivamente.   Pero trampas, no.   Cuando el árbitro es parte ya no es una competición, entonces es un chanchullo.

Quiero comentar aquí la responsabilidad del FGE en esta situación.  En nuestra carrera los nombramientos son decisión del FGE, de manera que el Consejo no es más que un órgano consultivo.   Recuerdo que el anterior FGE comentó una vez en mi presencia y en la de muchos otros compañeros, lo "sencillo y eficaz que era el sistema de nombramiento en la Fiscalía"; claro, los decidía él. En mi opinión el actual FGE tiene una posición difícil si quiere liberarse de toda responsabilidad de los abusos cuando se producen.  Quien hace un año era el líder de la AF ahora -por designación del Gobierno- es el jefe de todos los fiscales.   Un vocal de la AF ocupa el puesto que él dejó en la silla del Consejo.  La AF tiene mayoría en el Consejo gracias a su propia aportación -entre otras cosas-, y su nombramiento como FGE provocó euforia en la AF.      Vaya por delante que a mi me preocupa menos lo que haga el FGE que lo que haga el Consejo Fiscal: nosotros -los fiscales- no elegimos al FGE que no deja de ser un cargo político.   Pero si el FGE se limita a aprobar simplemente lo que el CF está haciendo, aceptando los 1-1-1, o los nombramientos claves en beneficio de las asociaciones, o buscando equilibrios políticos en lugar de fijarse en cada caso en quien es el más valioso para cada puesto, no podrá sustraerse -en mi opinión- de la responsabilidad de lo que ocurre.   No se puede ser árbitro entre quien da latigazos y quien los recibe.  No se puede ser árbitro entre quien abusa y quien es abusado.   El único árbitro es el que evita los latigazos y los abusos.   Hoy la mayoría en el Consejo la tiene la AF, la asociación que Eduardo ha liderado con algún intervalo desde hace dos décadas.  Su situación es diferente de la del FGE anterior, porque el anterior asumía personalmente la responsabilidad de los nombramientos que en muchos casos fueron en minoría en el Consejo.   El anterior FGE, que hizo cosas que yo -desde JI- critiqué con energía (por ejemplo, la preterición de Eduardo Torres Dulce como Fiscal Jefe del TC), sin embargo asumía una responsabilidad personal en lo que ocurría en el Consejo.   La misma responsabilidad tiene ahora el FGE actual, aunque se haga menos ruído.   El FGE puede hacer lo que quiera, pero la única forma que yo veo de distanciarse de una situación de abusos en el Consejo, cada vez que se producen,  es la de forzar un cambio de sistema.   Aceptar que los adversarios de la AF no son los adversarios del FGE y que quien no está en la AF también le tiene a él como FGE.    No basta con decir: "yo respeto al Consejo Fiscal y sigo sus propuestas", porque estas propuestas dependen de quienes ha dirigido hasta hace un año.  El FGE ya no es -como hace un año- una parte más, un vocal más en el Consejo, sino quien decide.    Si no lo hace así, si no se distancia de ese modo de proceder no podrá afirmar durante mucho más tiempo que es el Fiscal General de todos.  Ya se que no es fácil; pero ni siquiera el encanto personal del FGE en mi opinión puede obviar esa realidad.   Un cambio de sistema que forzara a la Inspección a baremar méritos; que diera publicidad a los programas; que permitiera a los fiscales en cuya Fiscalía se va a elegir a un Jefe dar su opinión; en el que se generalizase la comparecencia que ordenó hacer en Barcelona (y que algunos ningunearon al traer el voto decidido desde casa); y en el que se motivara la decisión tomada por el Consejo.  Luego él, el FGE, que decida lo que considere oportuno.  Esas garantías han de establecerse en beneficio de los fiscales y deben perdurar más allá de su mandato.   Si no lo hace así, la responsabilidad de lo que hacen los vocales -sobre todo los de la AF- se va a acabar extendiendo al propio FGE.

martes, 6 de noviembre de 2012

UN PARIPÉ

Me encuentro en Estrasburgo, por un asunto familiar, y escribo esto en cuanto he tenido acceso a internet.
Nunca antes del martes pasado había asistido -siquiera parcialmente- a una sesión del Consejo Fiscal.   El martes, como consecuencia de la iniciativa del FGE de escuchar en persona a los candidatos a la Fiscalía de Barcelona (yo creía que era con carácter general, pero no, fue solo para Barcelona y a petición de la UPF), comparecí.   Naturalmente yo sabía que no tenía ninguna opción, como dije aquí hace más de un mes.  Pero además me lo habían confirmado dos días antes, dándome todo tipo de detalles de a quién iba a votar cada uno (salvo los vocales natos).   Nada nuevo, claro.   Pero antes de entrar ocurrió algo: un Fiscal de Sala se acercó a la candidata designada para ser elegida y delante de testigos, la felicitó por anticipado.   La UPF se quejó en el Consejo, y cuando entré yo -y antes de comenzar mi presentación- el FGE me dijo que no creyera que esto estaba ya hecho y que la comparecencia se hacía para escuchar de viva voz los programas de cada candidato. Expuse mi programa con convicción: un programa de grandes cambios, pero nada que no haya visto que funciona en otros lugares del extranjero.   Hablar de cambios a la AF y a la UPF es como si predicara hare krishna en el Consejo.  Hablar de dar libertad a los fiscales, de estimular su creatividad y responsabilidad, de aplicar la ley para todos por igual (sin excepción) o de mantener a la Fiscalía neutral políticamente -incluso en un  ambiente independentista como el que se vive en Catalunya- es absolutamente estéril.  No puedo decir que no me escucharan y que no me preguntaran -con curiosidad y cortesía- en casi todos los casos, lo que agradezco.   Pero yo tenía la sensación de que era como si en vez de escuchar a un serio candidato a una Fiscalía muy importante estuvieran analizando entomológicamente a un raro especimen.   Yo creo y me fastidia el reproche que algunos me hacen sobre ello, que la Fiscalía ha de ser neutral políticamente en  relación con las aspiraciones independentistas de parte de Catalunya.   La idea de una Fiscalía neutral políticamente no ha calado entre alguna gente: la Fiscalía no persigue ideas, persigue delitos.  Si no se cometen delitos (y el trabajo de los fiscales es verificar e investigar su comisión) los fiscales no deberíamos tener nada que decir.   Ahora bien, si -por ejemplo- el Presidente de la Generalitat acusa al anterior Gobierno de que su "problema es el 3%" eso es una denuncia muy grave de corrupción que si hay que investigar.   Pero en su día, la Fiscalía hiperpolitizada y sostenida por un Gobierno que necesitaba parlamentariamente a CiU, actuó de manera contraria a como yo lo hubiera hecho, es decir investigando la cuestión exhaustivamente.   Yo creo que con cumplir nuestra obligación nos basta, no hay que criminalizar opciones políticas, al margen de que si se hace así en Catalunya se estaría colocando a la Fiscalía en la vanguardia de la lucha política y también del desprestigio ciudadano en esa tierra.  Conmigo al frente, eso en Barcelona, no iba a pasar.

Al final, yo 0 votos, y la felicitada anticipadamente elegida.   Normal.  Todos los pronósticos cumplidos,  que no eran ningún secreto para nadie ya desde antes de la celebración del Consejo y de la comparecencia-paripé.   Casualmente, el mejor jefe de Barcelona para la AF pertenecía a la AF (sin ninguna excepción); y el mejor para la UPF, pertenecía a la UPF.   La comparecencia establecida en esta ocasión es obviamente inútil.  El mal está en la parcialidad, en la ausencia de objetividad, y no solo en el sistema, que sin embargo está creado para que las mayorías se muevan con total opacidad y discreccionalidad.

A mi no me extraña que los vocales natos no quieran cambios: les ha ido bien con este sistema.   Pero yo insisto en que creo que hay que cambiar muchas cosas porque la Fiscalía hace aguas por muchos lados.  Si preguntamos por ahí a los fiscales, estoy seguro de que al menos uno de cada diez querría tener más libertad en su trabajo; querría que los jefes confiaran en ellos; querrían que se eliminaran controles; querrían que se luchara por tener más medios o más facilidades en su trabajo o en su formación o querrían tener la seguridad de que su jefe no va a aceptar instrucciones políticas para acusar o no acusar a nadie.  Estoy seguro de que eso es así, menos en el Consejo Fiscal.   Porque ahí esos valores no cuentan.  Ahí se habla de poder.  La AF a mi juicio -con todo el respeto que la tengo- presentaba a una candidata que nada que ver con la categoría de su antecesor en el cargo, también de la AF.   Pero era igual, lo importante para la AF era "retener Barcelona" como si de plazas militares se tratara.   Y para la UPF lo mismo, aunque en este caso presentaban a un buen candidato; eso sin embargo no tiene mucha importancia, porque apoyan a su candidato sin reparar con quien compite, les es igual.

Con estos ahí no hay esperanza de cambio alguno.   Ni mérito, ni capacidad ni propuestas.  Simplemente más de lo mismo.

Me duele no ser elegido y me duele no ser reconocido en absoluto, para que lo voy a negar.   Pero no me siento "humillado" como me decía una recién afiliada a la AF hace unas semanas, ante la evidencia del revolcón que me iban a dar.   Esto es como "El Padrino", nada personal.  Además, yo quería ir a Barcelona para contribuir a mejorar las cosas, no por ganar nada. El coste de ir a Barcelona, con gran escándalo de mi mujer (y ahora con gran alivio), era para la familia de unos 1500-2000 euros al mes, entre lo que iba a ganar de menos, lo que iba a tener que gastar en viajes y el alquiler de un apartamento, además de una serie de gastos iniciales importantes.  Iba a dejar de vivir tranquilo -abandonando una plaza por la que hay decenas de peticionarios cuando sale una vacante- para vivir con mucha intensidad profesional y en una situación ambiental difícil, aunque divertido, porque me gusta mi profesión.   Lo hubiera hecho gustoso por intentar cambiar algo el desastre de Justicia que tenemos y sobre todo por tratar de inculcar a los fiscales más jóvenes un tipo de actuación profesional inspirado en la libertad, en la responsabilidad, en la formación y en la confianza recíproca entre jefe y fiscal.

Quiero comentar, por último, que siento que Juan Carlos López Coig, Fiscal Jefe de Alicante y aspirante a venir al Tribunal Supremo no lo haya conseguido.   No le he tratado mucho, y desde luego no soy amigo suyo, pero creo que tiene derecho a quejarse porque tiene antigüedad y méritos más que suficientes.   En este turno absurdo que se han montado en el Consejo Fiscal (1-1-1), del cual no se sabe quien lleva la contabilidad, no le tocaba.  Insisto, lo siento.

PD. Hoy, dia 13 de noviembre, me llama un miembro de la UPF en el Consejo, por quien tengo gran simpatía, y me dice que ellos -a veces con gran coste interno- si apoyan en ocasiones a candidatos que no son de la UPF; me da el ejemplo del caso del Fiscal Jefe del TSJ de Barcelona.  Vale, recogido queda.