jueves, 20 de noviembre de 2014

FINALMENTE, QUERELLA DE LA FISCALÍA

Ayer el FGE tuvo un casi unánime apoyo para interponer la querella por los sucesos del 9N en Cataluña, que la Fiscalía del TSJ no aceptó ante la orden del FGE.    La Fiscalía ha resuelto tras actuar de manera autónoma del Gobierno aunque finalmente en el sentido perseguido por éste: algunos se podrían haber ahorrado los mensajes.  La Fiscalía no es el FGE, es mucho más y en muchos aspectos mucho más importante que el FGE.  En este caso los fiscales del TSJ de Cataluña han actuado correctamente en términos estatutarios.   Y con coraje, porque no es fácil en los tiempos que corren plantarle un art. 27 del EOMF al FGE.    Se dice que la presión ambiental en Cataluña influye mucho: puede ser.  Pero al fin, nuestro jefe es quién es; y nuestras carreras profesionales dependen de quien dependen, no del ambiente.   Osea, que mi reconocimiento a los fiscales catalanes (del TSJ, quiero decir)  por la defensa de su criterio profesional.   Asimismo, el FGE ha actuado como debe hacerlo en defensa de su interpretación del derecho, que es en este caso respaldada por la jerarquía de la Carrera.   El FGE ha soportado la impaciencia del Gobierno (cada día me convenzo más que debería ser delictiva la presión sobre el FGE) en que la Fiscalía actuara y le ha plantado cara.  Está bien.   Ha asumido riesgos, porque un revés ayer lo hubiera debilitado mucho.

El camino hacia la independencia unilateral de Cataluña tarde o temprano habría de chocar con la ley española.   Para la Fiscalía ese momento ya ha llegado.   La formación de la voluntad de la Fiscalía ha seguido todos los pasos, todas las garantías, y ahora no es solo la voluntad desnuda del FGE, sino también de quienes más rango tienen en la institución.  La querella tiene hoy una autoridad mucho mayor que hace una semana.   Veremos que pasa.


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