jueves, 27 de abril de 2017

POR PRESTIGIO DE LA FISCALÍA (Y POR INTENTAR SALVAR UNA REFORMA PROCESAL) MOIX NO DEBE SEGUIR EN ANTICORRUPCIÓN

La APIF ha solicitado al Consejo Fiscal que se debata la conveniencia de que el actual Fiscal Jefe de Anticorrupción siga en el cargo, y en su caso se le pida al FGE que lo remueva.   Dejo aquí la petición que se cursó ayer:



Ante las recientes filtraciones de las actuaciones producidas en la Fiscalía Especial Anticorrupción y contra la Criminialidad Organizada, habiéndose hecho uso del artículo 27 del EOMF por integrantes de dicha Fiscalía, dando lugar a la celebración de Junta de Fiscales de la Fiscalía Especial, transcendiendo a la opinión pública el dictado de órdenes negativas (de no hacer) por la Jefatura, concretamente de  no practicar determinadas diligencias en el marco de la conocida como operación Lezo, así como el cese de dos fiscales que estaban llevando un caso concreto competencia de la Fiscalía Especial y que solicitaron amparo a este Consejo Fiscal,  pudiendo, tal actuación del Fiscal Jefe, no ser la correcta y con la intención de recuperar el prestigio de la Fiscalía Especial Anticorrupción, de la Fiscalía como INSTITUCIÓN así como poner freno al deterioro que se está produciendo en la consideración de los fiscales que la integramos.
 
SOLICITA

Que en la próxima reunión del Consejo Fiscal se incluya en el orden del día el análisis de la actuación de la Jefatura de la Fiscalía Especial Anticorrupción y contra la Criminalidad Organizada por si la misma no ha sido correcta  y, en consecuencia, dada su gravedad pueda ser valorado el cese o remoción del Fiscal Jefe de dicha Fiscalía Especial.


Hace ya varios meses, antes de que salieran las plazas de las jefaturas de Anticorrupción y de la Audiencia Nacional, le comenté a un compañero de la Fiscalía del TS que le consideraba idóneo para que pidiera la plaza de Anticorrupción.   Me dijo un par de días después, más o menos por las fechas en las que Gonzalez se frotaba las manos de que fuera Moix el elegido, que no lo iba a hacer, que el elegido era precisamente Moix.  Se dicen tantas cosas que yo no le creí, como si fuera un chau chau más de los que se hablan por aquí.   En aquellos tiempos el nombre de otro fiscal sonaba también como favorito de la anterior Fiscal General, que además había sido elogiada por Catalá, por lo que lo lógico era que fuera ese fiscal -que tiene una larga experiencia en la lucha contra la corrupción- el designado.    De pronto se precipitan los acontecimientos: Consuelo Madrigal no sigue. ¿Quien será el elegido?  El nombre de Maunel Maza salta como nuevo Fiscal General quien será quien haga los nombramientos.   Por lo tanto, los pronósticos cambian.  El nombre de Moix aparece ya en todas las quinielas y periódicos.  Al final, con el apoyo necesario de los vocales de la Asociación de Fiscales  salió Moix.  Es cierto que ese apoyo se endulza con dos cargazos: el Portavoz de esa asociación fue elegido Fiscal Jefe de la Audiencia Nacional, y una vocal del Consejo es elegida Fiscal Jefe de Andalucía.   Es decir, que mi amigo del Tribunal Supremo y el expresidente de la Comunidad de Madrid (me parece increíble escribir lo que este señor ha sido), González, acertaron:  "Si sale Moix es cojonudo, es un tío serio y bueno, yo no soy quién, dice González, pero no me corto en decirle a Rafa: Oye Rafa, ¿sabes? El aparato del estado y los medios de comunicación van a aparte: o los tienes controlados o están muertos".  

Por cierto, el mérito y la capacidad, para los políticos que tienen la suerte de acertar en todo lo que hablan de la Fiscalía, oye, parece que no cuenta nada.  ¡Que sorpresa!

Desde ese nombramiento vamos de mal en peor.   No son desajustes lógicos que se producen con la llegada de un nuevo jefe: es realmente un desastre.    Se publican las conversaciones de los investigados que narran lo bien que les viene Moix, haciendo incluso gestiones con "Rafa" a tal fin, y la opinión pública se queda estupefacta.   Por primera vez en Anticorrupción Moix provoca una reacción casi unánime de la Junta contra una orden suya para parar un registro el día antes de que se practique.  Se sustituye a dos fiscales que llevan el caso del 3 por ciento, uno de los casos más importantes de corrupción en Cataluña, sin razón técnica aparente y con una explicación muy endeble: que no viajen tanto, cuando se les mantiene otro asunto en Cataluña por el que han de viajar igual.   Oiga, que estamos hablando de fiscales anticorrupción, que llevan asuntos muy importantes. Que no se puede quitar asuntos así como así, porque las sospechas de maniobras surgen inmediatamente; que el coste de tener que estudiarse el asunto dos nuevos fiscales es mucho mayor que los viajes que tienen que hacer los anteriores a Barcelona.   Confirma en la radio a preguntas de un periodista la instalación de un micrófono en un despacho estando la causa secreta.  Por si fuera poco, surge un conflicto con el fiscal encargado del caso de Gonzalez, por el que Moix tiene que dar explicaciones por todos los lados.   Por cierto, yo apoyo absolutamente al fiscal Carlos Yáñez, al que no conozco, pero del que se que es un fiscal como la copa de un pino (tenemos amigos comunes), que se atreve a plantear a su jefe recien llegado una discrepancia por el art. 27 que es absolutamente excepcional en la Fiscalía y que en algún caso ha supuesto gravísimas represalias contra quien se ha atrevido a hacerlo.   Quiero que sepa Yañez que no está ni mucho menos solo y que somos muchos los que valoramos estos gestos y su trabajo.  

No tengo necesidad de hacer enlaces a las noticias y comentarios que estas actuaciones del Fiscal Jefe Anticorrupción están produciendo.   El deterioro del prestigio de la Fiscalía es evidente (lo que es muy grave con una reforma procesal importantísima en ciernes que ha de cimentarse en el prestigio y la independencia de la Fiscalía) y eso no puede mejorar si no hay un cambio.   Los partidos políticos de la oposición se escandalizan y desde el Gobierno se les dice que no conocen a la Fiscalía.  Pero aquí somos muchos los fiscales que también nos escandalizamos y conocemos perfectamente la Fiscalía. Hasta ahora las filtraciones no son más que del texto: dentro de un tiempo abriran los telediarios, oiremos hablar a imputados de Moix como un tipo cojonudo en un contexto de control de los aparatos del Estado.   Y la Fiscalía y los fiscales seguiremos sufriendo y seguiremos pidiendo que alguien haga algo.   Ahora es el turno del Consejo Fiscal: han de evaluar si la Fiscalía puede soportar esto, si no es el momento de parar, de reflexionar un poco, de asumir errores evidentes, de transmitir algo de confianza a la opinión pública y a los fiscales.   Y luego, si el Consejo, como deseo por el bien de la Fiscalía, vota iniciar el proceso de remoción de Moix, que el FGE actúe como su criterio independiente le dicte.    

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